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Prevenir el Consumo de Drogas y Alcohol

Una vez escuche, en una conferencia sobre educación, que no podíamos dar todo a nuestros hijos…, en aquel entonces no tenía hijos, porque si les vamos dando todo lo que piden, y lo hacemos antes de la edad que les corresponde, perdemos la medida debido a que todo les parece poco y  llega un momento en que nada les satisface. Si sólo les damos y damos y damos… ¿cuándo decimos que no?, ¿cuándo les empezamos a pedir que den?, si siempre tienen lo último de manera fácil, ¿valoran las cosas?, ¿las disfrutan?, ¿Por qué buscan cosas nuevas? Llegará un momento que busquen nuevas sensaciones y una de ellas puede ser el consumo de las drogas…, me pareció un poco exagerado pero me hizo pensar…

Cuando un niño de 11 años ha conocido casi todos los parques temáticos del mundo, le han comprado el último juguete, casi todos los juegos de video consola, ropa de marca, complemento deportivo, instrumentos, etc… necesitará buscar sensaciones y satisfacciones nuevas.

En la sociedad actual, caracterizada por la abundancia de medios materiales y por una gran variedad de concepciones y estilos de vida, muchos de ellos contrarios a la propia dignidad personal, es más necesaria que siempre esta educación de la libertad que permita llevar a la vida los valores más propios del ser humano, a través de una práctica continuada de las virtudes correspondientes, que son la garantía de la autonomía y libertad humana.

La educación es un proceso de ayuda a la adquisición de la madurez personal procurando a través de diversos estímulos y diferentes situaciones, facilitar a los hijos el libre desarrollo de su capacidad, mediante  la adquisición de conocimientos, hábitos y destrezas, virtudes y actitudes, que le faciliten el dominio de sus propios actos. La educación “responde al intento de estimular a un sujeto para que vaya perfeccionando su capacidad de dirigir su propia vida, o dicho de otro modo, desarrollar su capacidad de hacer efectiva la libertad personal, participando, con sus características peculiares, en la vida comunitaria” (Garcia Hoz, 1981, 16-17)

Para educar la libertad es preciso atender a la totalidad de la persona: la inteligencia, la voluntad, la afectividad y el sentido transcendente. En primer lugar enseñar a pensar, o lo que es lo mismo, enseñar a buscar la verdad; después, ayudar a fortalecer la voluntad, para estar en condiciones de adherirse libremente y de comprometerse con la verdad; enseñar también a superar las dificultades y a poner sentimientos y afectos al servicio de las decisiones libres; por último, el hombre es un ser sociable, abierto a la relación con los demás, y ha de aprender a dar, a darse y a amar.

Por todo ello, es fundamental que los padres, como principales educadores, vayamos dando a nuestros hijos lo que necesitan en cada momento y les pidamos lo que pueden ir dando según su madurez. Es un entrenamiento a largo plazo, en el cual iremos marcando los objetivos, en el proyecto educativo personal (PEP), que vayamos diseñando para cada uno nuestros hijos.

ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS:

  1. Ser incondicionales y que vean que estamos de manera permanente. Cuando se sé sienten queridos se dejan.
  2. Establecer unos límites claros. La exigencia no está reñida con el cariño.
  3. Establecer puentes de comunicación durante la pubertad, porque en la pre adolescencia y adolescencia se van cayendo  
  4. Ir dándoles responsabilidades adecuadas a su proceso madurativo, para que vayan resolviendo situaciones.
  5. Los padres somos su modelo 24 horas al día, no podemos bajar la guardia
  6. Fomentar los planes familiares
  7. Ser conscientes de lo que puede haber, informarse y formarse. Educación Preventiva
  8. Conocer muy bien a nuestros hijos y dejar que nos ayuden a conocerles. Unidad familia – colegio

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