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Hijos Diferentes

¿Qué determina el carácter de una persona?
El carácter lo determina la genética y la educación.

¿Cuánto influye la educación en la forma de ser de una persona?
Educar es ayudar a crecer. Los padres como principales educadores somos los responsables de educar a nuestros hijos.

En el proceso, les ayudamos a que se conozcan, que realicen un “autoconocimiento”, porque eso les va ayudar a aceptarse, si lo hacen, se querrán y se podrán gobernar. A partir de aquí, ellos podrán tomar decisiones, correctas o no, pero las tomaran  y todo ello les ayudará a ir afianzando una buena autoestima.

Con todo lo anterior, el ambiente familiar en el que viven, el círculo en el que se mueven, el colegio al que asisten, los profesores que tenga, etc… irán trazando su forma de ser.

¿Por qué, con una misma educación, dos hermanos pueden llegar a ser completamente diferentes?
Cada persona es única por su singularidad. Es el constituyente que distingue a una persona de otra. Se trata de quien soy yo en mi misma, en mi intimidad, como absoluta y radical novedad. No es el yo, sino lo que hace que cada yo sea diferente y propio. La singularidad  hace posible que cada persona sea una. Nadie existe, ni podrá existir, igual a ella. Cada uno es irremplazable e irrepetible. Todo lo que haga, lo que piense, lo que ame, lo que aporte o deje de aportar, estará teñido siempre por esa radical singularidad.

Por ello, dos hermanos aunque reciban la misma educación seran completamente diferentes. Porque recibiendo la misma educación, el fondo de la persona es diferente. Las características de cada uno hacen que sean diferentes recibiendo la misma educación.

Si mis hijos son diferentes, ¿debo adaptar su educación y la forma de tratarlos?
Por supuesto, porque como decíamos antes, cada persona es única, nadie existe, ni podrá existir, igual a ella.

En la Educación personalizada podemos encontrar un adelanto a esta concepción educativa. Pierre Faure y Víctor García Hoz pioneros de la educación personalizada, en Francia y en España, inicialmente describían tres notas de la persona: singularidad, autonomía y apertura. A partir de estas notas se articulan una serie de innovaciones que hacen al alumno protagonista activo de su aprendizaje y de su vida, con capacidad de transformar el mundo que le rodea, mediante el uso de su libertad responsable, al servicio de los demás.

A la estructura de persona, por la que definimos que cada uno es diferente, asume esta tradición ya experimentada y aporta algunos elementos que enriquecen y facilitan la aplicación de nuevos modos prácticos de desarrollar la actividad educativa que reclama el momento presente.

La persona se nos presenta con unos constituyentes básicos: singularidad, apertura (trabajo y comunicación) y originación.  A la vez, la vida personal se desarrolla y expresa en distintas dimensiones (corporal, afectiva, intelectual y volitiva), siempre en radical unidad. Los constituyentes definen quien soy y las dimensiones como soy. La radical unidad de todas ellas, definen la Identidad Personal de cada uno. De tal manera, que conociendo todos los aspectos de la persona, conoceré muy bien a cada uno y eso nos ayudará a adaptar la educación y la forma de tratarlos.

Si es así, ¿cómo hacerlo para que ninguno se sienta indiscriminado?
Una vez que partimos que cada hijo es diferente y diseñamos un proyecto educativo personal (PEP) para cada uno, ello nos llevará a trazar planes de mejora diferentes en función de los proyectos educativos personales. Apoyándonos en sus puntos fuertes para tirar de los débiles.

Observando todos los aspectos de la persona nos va a ayudar a conocerle de dentro hacia fuera y le ayudaremos a que se conozca. Trabajaremos todos esos aspectos y en esa profundización de la cual les haremos participes verán que no hay discriminación alguna, sino que cada uno puede dar una cosa y no se le puede pedir a todos lo mismo.

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